Nápoles, 29 de enero (10 de febrero) de 1847.
En mis asuntos relacionados con la publicación del libro, se produjo una confusión total. Más de la mitad de las cartas están detenidas por la censura, precisamente esas que se refieren a los funcionarios públicos y a todos los hombres de negocio, por lo tanto, las cartas más sustanciales y, en mi opinión, necesarias1. Pletnióv cometió la imprudencia de publicar el manojo restante2. Salió no ya un libro, no ya un folleto. Las personas y los temas sobre los que llamaba la atención del lector desaparecieron, y quedé yo solo, con mi propia figura personal, exactamente como si hubiera publicado el libro para mostrarme a mí mismo. Esa confusión me hubiera enojado mucho antes pero ahora, gracias a Dios, mi serenidad no se perturbó. Me dirigí con una carta al soberano3, rogándole resolver este asunto y echar un vistazo a los artículos, que fueron escritos con el deseo cordial de prestarle este servicio. Mi corazón me dice que no los rechazará. Además, dos meses atrás él ordenó que me entregaran no sólo un nuevo pasaporte para mi estancia en el extranjero, sino también le ordenó al canciller escribir a todas nuestras misiones y jefaturas en el Oriente, para que me otorguen una protección especial en todos los lugares por donde voy a pasar, y después, pasado cierto tiempo, le preguntó por mí con sensible interés a Mijaíl Yúrievich Vielgórskii4. ¡Todo eso me demuestra que la mano de Dios, a través de las purísimas plegarias de alguien, me protege! Mi salud se deterioró un poco de nuevo. De noche no duermo y yo mismo no puedo entender por qué, pues no tengo agitaciones nerviosas, y menos agitaciones sanguíneas. La debilidad aumentó, y ciertos achaques viejos empezaron a regresar. Pero, por gracia divina, el espíritu de la tristeza me es ajeno. Y la misma muerte inesperada de Yazíkov5 no me condujo a la congoja, sino a una especie de callada esperanza. Los abrazo con toda el alma a todos, desde los menores hasta los mayores que componen esa hermosa familia tan cercana a mi alma.
Mi dirección, como antes: Nápoles, Palazzo Ferandini. ¡Por Dios, una palabrita sobre ti mismo y los preparativos con motivo de la partida a Rusia!
1No se publican los artículos: Es necesario amar a Rusia, Es necesario viajar por Rusia, Qué es una gobernadora, Temores y horrores de Rusia, A quien ocupa un puesto importante, y se recortan los otros artículos.
2En julio de 1846, Gógol encarga a Piótr Pletnióv la impresión de los Pasajes selectos...
3La carta, escrita cerca del 4 (16) de enero de 1847, no es entregada a Nikolai I.
4Mijaíl Yúrievich Vielgórskii, conde, mecenas, hermetista, masón.
5Nikolai Yazíkov, poeta, miembro del círculo pushkiniano, amigo cercano de Antón Delvig y Nikolai Gógol, entre otros escritores.
Imagen: George Stainton, Homeward Bound, XIX.
Todo tuyo, G.
Mi dirección, como antes: Nápoles, Palazzo Ferandini. ¡Por Dios, una palabrita sobre ti mismo y los preparativos con motivo de la partida a Rusia!
1No se publican los artículos: Es necesario amar a Rusia, Es necesario viajar por Rusia, Qué es una gobernadora, Temores y horrores de Rusia, A quien ocupa un puesto importante, y se recortan los otros artículos.
2En julio de 1846, Gógol encarga a Piótr Pletnióv la impresión de los Pasajes selectos...
3La carta, escrita cerca del 4 (16) de enero de 1847, no es entregada a Nikolai I.
4Mijaíl Yúrievich Vielgórskii, conde, mecenas, hermetista, masón.
5Nikolai Yazíkov, poeta, miembro del círculo pushkiniano, amigo cercano de Antón Delvig y Nikolai Gógol, entre otros escritores.
Imagen: George Stainton, Homeward Bound, XIX.