Nápoles, 25 de enero (6 de febrero) de 1847.
Le escribo, mi buenísima Anna Mijáilovna. Ya, sin dudas, recibió mi esquela a través de V.V. Apráksin1, con las cartas grandes encargadas por su mámienka2. Esas cartas se deben poner como se debe en circulación. Pletnióv, según supe, hizo una cosa imprudente, al dar a la luz un pedazo de mi libro. Unos artículos que constituían sólo un tercio del libro, que podían ser entendidos totalmente sólo en unión con los otros artículos. En este libro yo lo calculé todo, y las cartas están distribuidas en una estricta continuidad, para darle al lector la posibilidad de ser introducido gradualmente, en lo que para él es ahora absurdo e incomprensible. La relación fue destruida. El libro salió como un hueso pelado. Todos los empleados y funcionarios, para los que fueron escritos los mejores artículos, desaparecieron junto con los artículos de la vista de los lectores; quedé sólo yo, exactamente, como si hubiera publicado mi libro, precisamente, para exponerme a mí mismo a la deshonra general. Y, entre tanto, todos los artículos no autorizados son necesarios, precisamente, en el actual instante de circunstancias de nuestra vida rusa, en particular dentro de Rusia. En todo esto usted también pondrá su empeño. Es necesario que Pletnióv le presente a Mijaíl Yúrievich todos los artículos no autorizados por completo, y todos los lugares tachados por el censor en los artículos ya autorizados, porque éstos fueron tachados de una forma totalmente injusta e infundada. En todo este asunto hubo como una perfidia inexplicable3. El censor estuvo en manos de ciertas personas necias, que se valieron de todo para producir el absurdo en el libro mediante la tachadura de muchos lugares, que relacionan y explican las circunstancias anteriores y posteriores, y a través de eso tener el derecho, tras su salida a la luz, de atacar como el absurdo y el delirio de una imaginación enfermiza, lo que el autor ofrece como una verdad. El propio censor jugó un papel sumamente extraño. Se le exigía el secreto, porque yo quería imprimir el libro en silencio, y convertirlo en una sorpresa inesperada tanto para todo el público, como incluso para ustedes mismos (me quedó hasta ahora esa puerilidad, ¡pero vaya con Dios!, desde ahora mejor voy a prescindir de las sorpresas). Y, entre tanto, el mismo censor lo divulgó todo, de modo que incluso en Moscú sabían de todo eso, y repetían las ideas y las frases mutiladas con intención4. Y yo aún no hace mucho le escribí a la condesa, a su mámienka, para que no olvidaran al censor impresor, y quería gestionar por él con todas mis fuerzas, para que a él también le tocara algún honor por la autorización de mi libro5. Así que, usted misma ve ahora cuál es mi asunto. Es necesario que mi libro aparezca sin demora en una segunda edición, en su forma completa, un libro grande y grueso con todos los artículos. No me preocuparía yo tanto por esto, si esto fuera asunto mío. Pero lea usted misma, junto a su pápienka (a quien bésele las manos por su bondad), los artículos no autorizados, y dígame usted misma si éstos incluyen acaso mi asunto, o eso por lo que gestiona el mismo soberano y todas las almas elevadas. Pero usted comprende el elevado sentimiento de amor a la patria, y por eso no hay nada que decir al respecto. Adjunto aquí una esquela para Mijaíl Yúrievich6, y un índice de los artículos en la forma y el orden que deben seguir uno tras otro. Que Dios la guarde y la acompañe en todo. Discúlpeme, que le escribo de forma ilegible y mal. Estoy enfermo, apenas puedo mover las manos, y por el insomnio, que continúa hace ya más de un mes (no sé por qué), me debilité mucho.
No olvide reunir las observaciones propias y ajenas sobre mi libro.
1En 1847 Gógol intenta concertar un matrimonio entre Víctor Apráksin y Anna Vielgórskaya (ver la carta de Gógol a Alexánder Tolstói, tío de Apráksin, del 27 de julio (8 de agosto) de 1847 (Acad., XIII, No. 199); el matrimonio, sin embargo, no tiene lugar.
Imagen: Ivan Aivazovsky, Dans le port d'Odessa, 1852.
Todo suyo, G.
No olvide reunir las observaciones propias y ajenas sobre mi libro.
1En 1847 Gógol intenta concertar un matrimonio entre Víctor Apráksin y Anna Vielgórskaya (ver la carta de Gógol a Alexánder Tolstói, tío de Apráksin, del 27 de julio (8 de agosto) de 1847 (Acad., XIII, No. 199); el matrimonio, sin embargo, no tiene lugar.
2Ver la carta de Gógol a Luisa Vielgórskaya del 4 (16) de enero de 1847 y los comentarios 3 y 6 a ésta.
3¿Una conspiración?5Tras recibir una noticia falsa de que los Pasajes selectos... han sido autorizados por la censura con su contenido completo, Gógol pide a Luisa Vielgórskaya, en la carta del 13 (25) de enero de 1847, ocuparse de gratificar a Alexánder Nikítienko (Acad., XIII, No. 104).
6La carta no se conservó.Imagen: Ivan Aivazovsky, Dans le port d'Odessa, 1852.