martes, 1 de julio de 2008

S.T. Aksákov a Gógol


Moscú, 21 de mayo de 1848.

¡Saludos, saludos en la santa Rusia, mi amable amigo Nikolai Vasílievich! Hace tiempo que estas líneas debían haber sido escritas, pero... todas las suposiciones humanas son ¡polvo y vanidad! No le escribí el 4 de mayo, lo pospuse para el 7, y el 6 me enfermé... Ahora, me repongo poco a poco. Pero se debe contar todo con detalle y en orden, y para eso es necesaria una mano ajena.
Por los últimos días de abril, vino a verme Schépkin1 temprano en la mañana, y me dijo que usted estaba en Odesa. Me alegré tanto, que quería escribirle en ese mismo instante, aunque me había decidido a abandonar las pláticas por escrito y esperar el encuentro personal; pero ya estaba dispuesto para la partida al campo (a donde me llamaba hacía tiempo la primavera temprana), y me quedé sólo hasta el 2 de mayo, porque el 1ro. era el día de cumpleaños de Jomiakóv2. El 2 me trasladé al campo con Konstantín y Liubiánka3, el resto de la familia debía trasladarse dentro de una semana. Quería escribir el 4 o el 5 de mayo, pero lo aplacé hasta el 9, para ahí mismo felicitarlo por el día del santo; pero el día 6 hizo un tiempo tan caluroso, de verano, que yo olvidé la fecha y pensé que era junio o julio, me vestí más ligero, estuve sentado con el aparejo en el lago largo rato, y esa misma noche tuve una inflamación en la parte derecha del pecho y la parte baja del hígado. La enfermedad, como de costumbre, estuvo acompañada de calenturas fuertes y esputos hemorrágicos. ¡Puede imaginarse la situación de mis pobres niños! A Konstantín hasta ahora da miedo verlo. Por suerte, en la Trinidad (a doce vérstas de mi pueblo) hay un curandero muy honrado, a quien le escribimos, y que muy pronto me ayudó. No se le podía ocultar mi enfermedad al resto de mi familia, y por eso todos, asustados, vinieron corriendo a mí*. Como a propósito, al día siguiente de su llegada, el 12 de mayo, tuve una recidiva de la inflamación ya sólo en el hígado, pero con todos los fenómenos anteriores. Ahí mismo, el curandero me ayudó de nuevo, y a los pocos días me sentaron en una carroza y me trasladaron favorablemente a Moscú, donde me repuse bastante rápido hasta el día de ayer; y desde ayer por la mañana siento un ruido en la cabeza de modo constante, y una suerte de debilidad nerviosa que me impide, incluso, dictar una carta. Pero todo esto, espero, pasará pronto, y a la llegada del verdadero tiempo de verano nos mudaremos ya todos a nuestro hermoso pueblito. Mi festejado4 está con su madre en la misa. Alcanzarán ellos acaso a escribirle hoy, no sé, pero yo ya no quiero aplazarlo.
Por estos días recibirá el drama de Konstantín5. Léalo en su tiempo libre, arrojando de sí todos los conceptos ajenos, que hemos adquirido todos desde la infancia. Piense profundamente en la vida rusa de antaño, y pronuncie su juicio imparcial. Pogódin6 le ladró como un perro rabioso7. Su rencor, largo tiempo oculto, hacia Konstantín (del cual éste es culpable en mucho), finalmente, le salió como un borbotón de baba rabiosa que le ofuscó hasta el juicio...
Adiós, amigo mío. Lo abrazo fuertemente. Que esté saludable, renuévese y fortalézcase con el aire natal y venga a vernos. Escriba al arrabal Serguiévskii, del gobierno Moskóvskii.

Suyo de alma, S. Aksákov.

*Ellos me trajeron su amable esquela, que fue una medicina para mí (Nota de Serguei Aksákov).

1Mijaíl Schépkin, actor célebre, reformador de la escena, lector público de las obras de Gógol, amigo de Vissarión Bielínskii y Alexánder Guiértzen, entre otros.
2Alexéi Jomiakóv, poeta, publicista, filósofo, uno de los fundadores del eslavofilismo.
3Konstantín Aksákov (hijo de Serguéi Aksákov), poeta, crítico, dramaturgo, líder del movimiento eslavófilo, colaborador de la revista El Moscovita.
Liubóv (Liubiánka) Aksákova, hija de Serguéi Aksákov.
4El 21 de mayo es el día del santo de Konstantín Aksákov.
5La liberación de Moscú en 1612 (M., 1848).
6Mijaíl Pogódin, profesor de la Universidad de Moscú, académico, historiador, dramaturgo, editor de las revistas El Heraldo de Moscú y El Moscovita.
7Se trata de la reseña publicada en El Moscovita (1848, No. 5) que contiene una crítica del drama.

Imagen: Ilya Repin, On a Turf Bench, 1876.