lunes, 7 de julio de 2008

Gógol a A.A. Ivánov


Nápoles, 10 (22) de abril de 1847.

Le agradezco, mi buen Alexánder Andréevich, por la rápida entrega de mi carta a Chizhóv. Si le va a escribir, pues infórmele que yo le envié la respuesta a Venecia hoy1. En la dirección puse Cigioff en italiano, sin saber si se escribe así o no, y por eso que le ruegue al empleado del correo indagar en la letra "C". Y usted esté tranquilo y no tema recibir más cartas de mí. Reproches no habrá más de mí. Esté despreocupado en cuanto al futuro: éste está en manos de Ése, que es más inteligente que todos nosotros. Usted y yo hablaremos y pondremos en palabras todo con serenidad, raciocinio y así, que quedaremos satisfechos el uno del otro. Luego lo abrazo, y con usted a su buen hermano. Si tiene tiempo, escríbame algo sobre Roma: ¿quién está ahí ahora, y quiénes de los que llegaron se quedan hasta el 10 de mayo? Yo supongo por ese tiempo –y aún pronto, después del 5 de mayo–, estar en Roma. A Fiódor Ivánovich trasmítale asimismo una reverencia, si no me olvidó con el éxtasis que le provoca la contemplación de ese objeto, en aras del cual fue olvidado por largo tiempo el cincel y que, según oí, se encuentra ahora en Roma2.

Todo suyo, G.

1No se conserva.
2Se trata del pintor Fiódor Yordánov quien, durante varios años, trabaja en el Vaticano, en el grabado de La transfiguración, cuadro de Rafael. No se sabe de qué afición de Yordánov habla Gógol en este caso, acaso una mujer.

Imagen: Imagen: Murray Yorke, Leaving Halifax, XX.